martes, 10 de julio de 2012

Allá

Y así, sin más voy suplicándote una estancia eterna, un verde olivo, un rostro para mi alma. Y me voy perdiendo en tus ojos y en el calor de tus manos y te toco y te recreo y mi lengua se hace dulce. Entonces recomienzo y te ruego, quédate, y me bastarás sonriendo y en mis labios guardaré tu cuerpo para siempre. Aniquílame el silencio que quedaba y piérdete en mis hombros solamente, préndete a mí con libertad plena y mátame con exquisita ternura.

3 comentarios:

  1. Si tu lo escribes te quedo muy bien eh!

    ResponderEliminar
  2. hey borraste todo lo que tenías antes. hoy me acordé de ti, a veces me acuerdo de ti, eres en quien descargaba mi melancolía literaria.

    ResponderEliminar
  3. Gracias Namuh y perdón por responder hasta ahora. Pronto volverá a escribir. Me encantaría poder charlar vanessaa92@live.com

    ResponderEliminar