martes, 24 de abril de 2012

Poema 1

Dame luna de tu plateado manto
escucha cuando canto mi lamento
no me dejes desvestida y a la espera
de aquel dulcísimo tormento.

Cuando bajes del cielo y tomes mis manos
sabrás que la sombra no me ampara
pues aquel amor que siempre ha sido
trajo consigo un dolor lento.

Llega despacio y como el viento
desgaja la piel que me ha vestido
me ultraja de golpe el aliento
y me calla los labios con olvido.

Aprieta fuerte con sus brazos
consume todo y me depara
todo lo que ya es sabido
mientras me esconde la cara.

Besarlo así es un delito
cuando sé que me a tocado
pues sangre a mares le he llorado
mientras me eleva al infinito.

Luna mía, ¿cómo escapo?
¿qué haré sin su esbelto cuerpo?
No sea capaz de morirme
y no servirle de sustento.

4 comentarios:

  1. Me encanta lo que escribe pero me pregunto que le paso a todo lo demás que había escrito? :O

    ResponderEliminar
  2. ¡Gracias!

    Todo lo demás se fue.
    Verás, entré en crisis, hice que todo se fuera.
    Renaceré pronto, muy pronto. Lo prometo.

    ¡Mil besos!

    ResponderEliminar